Mr. Wilde - Noah Evans
LA AUTORA:
Con una veintena de novelas autopublicadas, ha explorado el génro histórico y el thriller aunque ha sido la literatura romántica la que le ha brindado el éxito y una enorme comunidad de lectoras.
Galardonada por la fundación estaodunidense SOMOS en 2017 y reconocida con el premio Amazon 2015, sus historias la han encumbrado a lo más alto de las listas de best sellers y es reconocida como una de las autoras de romántica más leídas de nuestro país.
MI OPINIÓN:
En esta ocasión la autora nos presenta a otro de los Místers, en concreto el número dos de la serie, que no es nada más ni nada menos que el reconocido arqueólogo Brandon Wilde que, junto con Ben Hickman y la doctora Sherman, son tres de los egiptólogos con más renombre de nuestros tiempos.
Obviamente, el doctor Wilde es miembro de la misma fundación que Mr. Blake (Reseña aquí) y comparten el aura de misterio que se empezó a ver en la primera obra de esta saga.
Anastasia Ortega es una estudiante de arqueología que debe dejar de lado sus estudios para ayudar a su familia en el horno: su padre (más bien padrastro) ha sido operado repetidas veces y la familia necesita de su ayuda física y económica para salir adelante pues, con el trabajo de su madre, no es suficiente si sumamos que en la vivienda familiar hay también dos adolescentes.
El sueño de Anastasia es poder llegar algún día a compartir desierto y descubrimientos con estos tres grandes descubridores que sigue en los vídeos y documentales sobre sus recientes hallazgos pero jamás pensaría que, lo que le va a pedir a aquella vieja lámpara de aceite que le liga a su padre biológico, acabaría por cumplirse antes de lo esperado.
Anastasia recibe una llamada de la fundación de los místers con una grata noticia que la va a acercar a ese deseo tan esperado: a Luxor para trabajar en el proyecto del doctor Brandon Wilde como becaria. Huelga decir que en aquellos momentos ni se plantea renunciar a la beca a pesar de que se considera una estafa: 7 asignaturas la separan de terminar su formación y realizar la tesis que la equiparará en titulaciones (aunque no en experiencia) a las personas con las que va a trabajar. Aún así, decide arriesgarse y empezar a vivir ese sueño que lleva deseando desde bien pequeña, cada vez que iluminaba aquella lámpara de aceite y las imágenes que proyectaban la hacían transportarse a los cuentos de Sherezade.
Pronto nos veremos envueltos en investigaciones sobre el visir Sekemer y una sacerdotisa llamada Amesis y que adoraba a la diosa Sekhmet, a la cual tiene un parecido razonable la propia Anastasia, representada con leones y una cabellera larga, negra y rizada. Nos adentraremos en la ciudad de Luxor, en las intrincadas calles de Egupto para ir descubriendo cómo los distintos equipos arqueológicos trabajan sin cesar a pesar de las inclemencias del sol abrasador y las reiteradas tormentas de arena que pueden dar al traste con cualquier hallazgo en cuestión de segundos.
También podremos encontrar escenas de celos y una relación y final bastante esperados por el lector aunque, en esta ocasión, la novela es un tanto precipitada en su fase final así como en el desarrollo del romance entre los personajes. Para explicarme mejor, todo lo que ocurre a lo largo de la obra hasta el momento en que Anastasia sigue La Constelación de Ra para delimitar la excavación tiene un sentido muy bien tramado e incita a compartir la aventura de una forma muy personal con ambos protagonistas pero, poco después, esa intensidad queda relegada a un segundo plano y en lugar de vivir junto a los personajes los descubrimientos y las dificultades que se pueden ir encontrando a lo largo de su proyecto, nos quedamos con una resolución bastante rápida en ejecución de varios temas abiertos. Es una pena pues se rompe esa magia que la autora ha ido creando en la primera mitad de la novela y no sabría decir muy bien por qué.
Como la anterior novela de la saga, la lectura de las casi 400 páginas a penas me ha durado dos días por lo que es una novela perfecta para el tiempo de verano y poder sumergirnos entre las arenas del desierto aunque, eso sí, bajo el aire acondicionado de nuestra vivienda y el confort de un buen sillón. Ahora, vamos a por el siguiente pues Mr. Stoker está esperando a ser conocido...
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